El VP y head de operaciones de producción y estrategia de The Walt Disney Company Latin America exploró el poder de la creatividad frente a los avances de la inteligencia artificial y las novedades de programación de la compañía para este año.
En una conversación realizada en Content Americas, el ejecutivo habló sobre el estado actual de la industria destacando que, “estamos, como toda la industria, rehaciéndonos y reescribiéndonos constantemente. Es un hábito, una forma de ser, que parece que debemos reescribir el mapa de ruta mes a mes. Actualmente, en lo que respecta a nuestras producciones originales, hemos aprendido mucho de nuestros errores y de la audiencia, que nos enseña algo nuevo cada día. Además, las métricas y otros datos nos marcan un camino a seguir”.
Además, continuó Aranguibel, “queremos preservar ese espíritu creativo que responde a la intuición y a la experiencia, ya que esos factores siguen guiando nuestro camino. El olfato sigue siendo parte fundamental, pero ahora está mucho más marcado por la experiencia de haber lanzado productos y contenidos al aire durante años, y ver cómo reacciona la gente, cómo reaccionan nuestras audiencias. Tenemos varios estrenos preparados para este inicio de año”.
Una de las producciones destacadas para este año es El mejor infarto de mi vida, una nueva comedia dramática, basada en el libro homónimo del escritor argentino Hernán Casciari e inspirada en hechos reales. La nueva producción sigue a un escritor frustrado que sobrevive a un infarto gracias a la ayuda de los anfitriones de la casa de alquiler temporario en la que se hospeda, y a partir de ese acontecimiento, su vida y la de quienes lo rodean cambian para siempre.
“Obtuvimos los derechos junto con nuestros queridos amigos de Pampa y Gloria Mundi”, comentó Aranguibel con respecto a la producción. “Pablo Bossi, uno de los directores, fue quien nos trajo este proyecto y me alegra muchísimo, sobre todo porque tenemos una relación de muchos años con él. La compañía está poniendo un gran esfuerzo en este proyecto, que se estrenará globalmente. Hay mucha emoción interna, y espero que a ustedes también les guste”.
El ejecutivo también destacó Entre paredes, comedia romántica protagonizada por Aislinn Derbez y Christian Vázquez, que llegará exclusivamente a Disney+ el 12 de febrero. La producción se centra en el romance entre Marga (Derbez) y Martín (Vázquez), quienes se conocen en una app de citas para luego descubrir que viven en departamentos contiguos.
“Parece increíble que, siendo una actriz tan conocida y una figura tan querida por el público, esta sea la primera serie de televisión que protagoniza”, expresó el ejecutivo. “Ella ha estado en varias otras producciones, principalmente en cine y teatro. Verla en esta serie es para nosotros un privilegio, sin duda, tenerla en nuestra casa”.
Aranguibel luego conversó sobre las producciones nuevas y las que regresan a la pantalla y de cómo se estarán desarrollando a lo largo del año. “Tenemos cosas que regresan y otras que son nuevas”, dijo. “Creo que, en general, es una tendencia que se ha impuesto en nuestra industria: Esperar los resultados y el desempeño de los contenidos para decidir el camino a seguir en futuras temporadas. Claro, al planificar, se consideran las temporadas subsecuentes, pero siempre dependiendo de esos resultados. Es un mercado muy competitivo y no podemos darnos el lujo de arriesgar, sobre todo en los tiempos difíciles que vivimos. En tiempos de vacas flacas, tenemos que ser muy cuidadosos con las inversiones. Siempre esperamos ver cómo se desempeñan las cosas. Hay proyectos a los que le tenemos mucho más afecto desde el punto de vista de la continuidad y la extensión de su vida, y los planificamos de esa manera. Luego, seguimos desarrollando y ajustamos según cómo responde la audiencia, porque al final, es la audiencia la que marca la pauta”.
Hablando particularmente sobre las adaptaciones de obras literarias y los desafíos que se generan a partir de las expectactivas del público, Aranguibel explicó que, “[las obras literarias] es una de las tantas fuentes donde se consiguen ideas para realizar proyectos. En realidad, no es un objetivo en sí mismo. No es algo que estemos buscando activamente. El mejor infarto de mi vida es la historia de un autor que contó su experiencia personal. Hay otras cosas que hemos adaptado de libros, pero desde el punto de vista de la producción, cuando se trata de contar la historia de una persona o de hechos reales, como un biopic o un evento histórico, tener un libro que respalde lo que estás contando ofrece una protección legal. Este libro ya fue publicado, nadie ha demandado por él, o ha sido verificado por una fuente que investigó sobre el tema. Eso nos ayuda, pero no es algo que busquemos de forma activa. Si lo conseguimos, perfecto; si no, también está bien”.
El ejecutivo ahondó sobre el impacto que tiene los declives económicos en la producción y en la decisión de tomar o no riesgos en este sentido. “Es parecido a una vida normal, la vida de cualquiera de nosotros”, dijo Aranguible. “Es una infancia donde empiezas a jugar con los primeros juguetes, aprendes a manejar la motricidad fina, la motricidad gruesa y todo eso. Luego, cuando eres adolescente, pruebas de todo y llega un momento en que la experiencia de la vida, los errores y las piedras en el camino te enseñan a esquivarlas. Eso nos pasa a todos. Creo que nos pasa a todos en la industria, y el que no lo haga así está cometiendo un error porque aprendes de tus errores”.
El ejecutivo agregó: “Pero obviamente llegas a la adultez, a la madurez, y empiezas a darte cuenta: ‘Espera, esto no se hace’. En fin, empiezas a corregir tu camino y tienes una idea más clara de hacia dónde quieres ir. En nuestro caso, es muy útil, como dije antes, la experiencia que nos da la audiencia, lo que nos enseña en sus hábitos, porque esos hábitos también se transforman constantemente”.
“Hemos demostrado a nuestros colegas audiencia y mercados, que preferimos trabajar en la elaboración de las olas, en lugar de montarnos en ellas cuando ya están hechas y rodando. En los últimos 20 años, como compañía, hemos sido parte de la vanguardia, junto a otros colegas y empresas, que han marcado el camino de lo que no se hacía. Comenzamos a hacerlo en 2002, 2005, 2008, 2009, y cada una de esas acciones se ha convertido luego en una tendencia. Nuestro plan es seguir pensando en la ola que viene, no en la que ya está. La ola que ya está, la dejamos atrás”.
Otra tema de la conversación fue la exploración de nuevos géneros para este año y la manera en que Disney está analizando dicha exploración.
“Bueno, en 2025, obviamente pensando en 2027, una de las grandes tareas y preocupaciones es cómo reducir esos tiempos desde la generación de la idea hasta que la vemos en la pantalla”, dijo el ejecutivo. “Todo lo que veremos en 2025 se generó hace dos o tres años. La condición creativa es innata en el ser humano y es consustancial a él. Eso forma parte de nuestro ADN. No es algo reciente, viene de hace 50, 60 mil años. No es una cuestión de televisión, cine o radio, sino que esos son simplemente vehículos tecnológicos para expresar lo mismo que hacíamos en las cavernas de Altamira. Es la misma necesidad de contar historias, algo que siempre va a estar presente”.
La conversación se expandió al impacto de la inteligencia artificial en los procesos creativos y el desarrollo de contenido. “La inteligencia artificial es una herramienta poderosa, pero también muy peligrosa, dependiendo de cómo se utilice”, comentó Aranguibel. “Es como con la fusión nuclear: Tiene un enorme potencial para el bien, como en la generación de energía limpia o en tratamientos médicos, pero también puede ser utilizada de manera destructiva, como en la creación de armas. Lo mismo sucede con la inteligencia artificial. Puede mejorar muchos aspectos de nuestras vidas, desde la medicina hasta la educación, pero también presenta riesgos si no se maneja adecuadamente. Al final, no es la tecnología en sí misma la que es buena o mala, sino cómo decidimos emplearla”.
El ejecutivo agregó: “Creo que la inteligencia artificial puede ser muy útil, pero no le encuentro sentido en que reemplace el ingenio y la capacidad humana. Recuerdo algo que quizá muchos no recuerdan por el tema de la edad: Cuando salieron los primeros discos compactos y comenzó la grabación digital, los primeros CDs tenían unas siglas que indicaban que eran grabados, mezclados y almacenados de manera digital. Los músicos se dieron cuenta de que sonaban fríos, secos y duros, porque el formato digital no tiene matices, es todo o nada. Para resolver esto, se crearon programas que humanizaban esas grabaciones, añadiendo pequeños detalles como un violín que entraba un poco más tarde o uno que se adelantaba, lo cual le daba vida a la música. Esa imperfección es lo que le otorga el alma humana a la creación. A mi juicio, la inteligencia artificial no puede reemplazar eso, aunque quizás en el futuro se logren avances en esa dirección”.