Billy Rovzar de Lemon Studios y Diego Ramírez Schrempp de Dynamo, participaron en el Keynote: From the Source en MIP CANCUN, moderado por Elizabeth Bowen-Tombari, editora de TV Latina, donde conversaron sobre la creciente importancia del showrunner en América Latina, el trabajo con las plataformas y los retos de la producción, entre otros temas.
La conversación se inició reflejando sobre la evolución del trabajo desde los años de pandemia hasta la fecha, con Bowen-Tombari haciendo reseña de los años de pandemia cuando el número de horas visualizadas aumentó debido al confinamiento. “Existía la impresión de que la industria se había puesto un poco más lenta”, acotó Bowen-Tombari. “Actualmente y en general, hemos vuelto a los números normales previos a la pandemia”.
Al respecto, Rovzar, CEO de Lemon Studios, comentó que, “las plataformas funcionan con data, números y algoritmos. Hay algo que todos pensamos al principio y era que todo el mundo empezó a ver más televisión porque estábamos encerrados y las plataformas pensaron que eso iba a continuar. Luego se acabó la pandemia y nos dimos cuenta que eso no continuó. Lo que ocurrió fue algo muy peculiar, porque, en efecto, las plataformas comenzaron a comprar compulsivamente. Entonces se acaba la pandemia, se contrae la industria y ahora creo que estamos en la aterrizada para regresar como estábamos antes”.
Ramírez Schrempp, productor ejecutivo y socio de Dynamo, coincidió con Rovzar afirmando: “Hubo un boom. Evidentemente, nadie sabía cuánto tiempo duraría la pandemia. Tras ella, el mercado se ha relentizado significativamente y se ha vuelto más competitivo en ciertos tipos de demanda. Creo que esta demanda no solo ha cambiado en cantidad, sino también en el tipo de contenidos que ahora predominan en las plataformas. Esto ha generado una mayor competencia, especialmente en los nichos y en las categorías específicas de contenido”.
El ejecutivo agregó: “Todos estamos ahora compitiendo por los mismos espacios, cuando antes había una mayor diversidad y cada uno podía enfocarse en diferentes segmentos. Ahora, la competencia se concentra en el mismo tipo de contenidos, lo que hace que sea aún más difícil destacar”.
La conversación luego abordó la concepción de las producciones, con Bowen-Tombari preguntando si dichas realizaciones se desarrollan desde lo local hacia lo global o viceversa.
“Siempre partimos desde lo local, apostando por una autenticidad propia”, destacó Ramírez Schrempp. Llevando el ejemplo al Cien años de soledad, producción de Dynamo para Netflix, el ejecutivo agregó: “Incluso en casos como Cien años de soledad, una IP reconocida a nivel global, el enfoque se mantiene arraigado en lo local. Cuando la vean el 11 de diciembre en Netflix, notarán un marcado sabor caribeño y profundamente colombiano. Desde el lenguaje técnico hasta la ambientación, todo está impregnado de esa esencia, y creo que es precisamente eso lo que logra que se sienta verdaderamente original”.
“Lo universal es específico”, expresó Rovzar. “Si te digo: ‘Hay una serie buenísima en Brasil’, podrías decir: ‘Ah, interesante’. Pero si te digo: ‘Hay una serie increíble en São Paulo’, quizás tu interés aumente un poco más. Ahora, si te cuento que es sobre una esquina específica de São Paulo, donde ocurre algo fascinante, como un edificio donde se concentra toda la información sobre un tema en particular, entonces tu curiosidad se dispara. Quieres ver esa serie, no solo porque sea de Brasil, sino porque te transporta a ese lugar específico, con una historia única y detallada”.
Hablando sobre los proyectos a los que se deciden sumar, Rovzar explicó que, “eso es muy fácil. Hacemos las series o películas que queremos, es tan sencillo como eso. A veces te puede tocar un [encargo], trabajar en algo que no necesariamente surge de ti. Pero creo que ahí el tema se divide en dos. Por un lado, está lo que te comisionan, algo que hacemos con el mismo respeto y atención que le daríamos a un proyecto propio. Sin embargo, cuando es algo nuestro, tiene una esencia muy especial, algo único que realmente nos mueve y conecta de manera distinta”.
“En ese sentido, nosotros no tenemos un sesgo hacía ningún género o temática y contamos con un portafolio variado de cosas”, destacó Ramírez Schrempp. “En nuestros inicios estábamos muy asociados a temas como los narcos en todas sus diferentes vertientes, pero hoy en día tenemos comedias románticas, Cien años de soledad y hemos tratado de diversificar nuestro portafolio, pero siempre y en esto coincido con Billy, haciendo lo que nos haga sentir orgullosos”.
Específicamente hablando del proceso de producción, Bowen-Tombari preguntó sobre los principales desafíos en este desarrollo y los aprendizajes adquiridos en dicho proceso. En particular sobre la adaptación de Cien años de soledad, Ramírez Schrempp enfatizó que existen muchos desafíos.
“¿Cómo adaptas una novela tan icónica, tan temática, casi sagrada en la literatura latinoamericana?”, afirmó el ejecutivo. “Hay un reto gigantesco de hacerlo con mucho respeto y sobre todo con fidelidad a la esencia de la novela. Eso era muy importante para nosotros, pero también hacerlo sin miedo. Sabíamos que trabajar con miedo haría imposible acercarnos de manera adecuada a una obra tan icónica”.
Ramírez Schrempp agregó que esto fue uno de los principales retos desde lo creativo, pero que además, fue un proyecto grande desde el punto de vista de producción, puesto que “se construyó un pueblo entero. Pero quizás el mayor reto de la producción fue establecer el paso del tiempo. Son 100 años que pasan en la novela y eso se tiene que ver reflejado en la pantalla. Eso se ve en el cambio del pueblo. Los actores y vestuarios van cambiando y todo empieza a evolucionar rápidamente. Eso, en cuanto a producción, es un reto gigantesco”.
Rovzar luego compartió acerca del proceso para Las azules, que cuenta la historia de cuatro mujeres que desafían las normas ultraconservadoras de la época y se unen al primer cuerpo policial femenino de México, solo para descubrir que su escuadrón es un truco publicitario para distraer a los medios de comunicación de un brutal asesino en serie.
“Es la primera serie que hacemos con Apple y solamente el desarrollo de los guiones duró alrededor de un año y medio”, dijo Rovzar. “Como escritor, hay que saber de repente cómo meter diferentes velocidades. El mensaje que me gustaría que todos transmitamos a las plataformas, y que ellas realmente lo reciban, es que el guion es lo más importante en cualquier serie de televisión o película. Es más importante que los actores, productores y el vestuario. Un mal guion con la mejor producción se cae al suelo y no sirve. Difícilmente superas un buen guion”.
El ejecutivo agregó: “A veces detecto que las plataformas tratan de ahorrar ahí. Y estamos hablando de centavos en términos de presupuesto, porque para una serie o película estamos hablando de millones cuando negocias, y estos [centavos] equivalen a cientos. Todas las cosas que se escriben tienen una razón de ser, existe un ritmo, un número de palabras y una estructura de enunciados. Si un actor de repente dice ‘no, quiero decirlo de esta manera’, [la respuesta] es no. El único que puede hacer eso es el showrunner. Creo que lo más que he aprendido es la importancia de tener showrunners que estén ahí, que escriban y que puedan defender el libreto”.
Hablando particularmente de la importancia que tiene el showrunner y el creciente reconocimiento que está teniendo en América Latina, Ramírez Schrempp comentó: “El término nació en Estados Unidos y el showrunner debe tener el criterio para tomar decisiones y tomar decisiones en el set en el momento que se requiere. Creo que tener ese criterio es fundamental y es algo que debemos transmitir a las nuevas generaciones. Es crucial que cuenten con la información y, sobre todo, con la formación necesaria para tomar decisiones que, en determinados momentos, pueden ser absolutamente críticas”.